domingo, 18 de noviembre de 2012

Entrada 6.Necesidad de más


Sentía como fluía por mi cuerpo la adrenalina.Era impresionante.Al terminar la premiación,al mejor disfraz, salimos al patio donde había pocos invitados, ya que todos se encontraban en la sala.Cuando estaba afuera miré el cielo, tomada de la mano de Luis, observé una  hermosa luna  roja,tal y como aquella droga.No puedo mentir.Aquella me causó mucha locura ese domingo por la madrugada. Recuerdo muy poco sobre lo que pasó.Mi novio estaba muy preocupado, porque  no sabía  qué me pasaba. Mi actitud lo desconcertaba.Él no se enteró en esos momentos que había consumido droga, sino hasta el domingo en la tarde.No me dejó sola más. Me cuidó el resto de la fiesta.Tenía miedo de que alguien se aprovechara de mí al estar en esa situación.Disfruté mucho estar con mis amigos.Olvidé mis problemas por completo.


El domingo a las  ocho de la mañana regresamos a nuestras casas. En la tarde nos vimos. Luis estaba muy molestó conmigo. Me preguntó por qué tomaba de más  sin   responsabilidad. Le conté que un chico en la fiesta me había regalado una perla. Muy enojado, me dijo: “Cómo es posible qué estés consumiendo droga y, lo peor, porque te la ofrecen. Me has decepcionado mucho.Confié en dejarte sola un rato y ve nada más lo qué hiciste”.No supe que decirle.Estaba muy triste. Ahora tenía más problemas  y, todo por probar la dichosa perla. Le pedí que me disculpara y, después de mucho tiempo lo hizo. Me abrazó fuertemente y me dijo “No vuelvas a hacerlo, linda. Te amo mucho, y  no quisiera que terminaras mal”. 

Tuve insomnio en la noche, por haber decepcionado a Luis.Llegó la mañana del lunes y salí de mi casa.Entré a mis clases.Al terminar el laboratorio caminé hacía la biblioteca.Mis amigos estaban sentados platicando de la fiesta.Al saludarlos encontré al chico que me regaló la perla. Lo saludé como a los demás y, al acercarme a él me dijo: “Qué tal,Ana”. Me senté. Sin darme cuenta, introdujo una perla en el bolsillo de mi sudadera. La he consumido nuevamente y, Luis, se ha enojado mucho conmigo. Estoy sintiendo una necesidad inmensa de consumirlas. Iván, quién me ha estado orillando a las drogas, me frecuenta mucho en la escuela para regalármelas. Lo qué no entiendo es por qué me las obsequia como si fueran dulces.Pareciera que a él también se las regalan. En el fondo sé que me quiere volver adicta, pero no lo aceptó.Me siento hundida en un mar negro.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Entrada 5. La perla roja






Después de un largo camino llegamos a la casa de Eva a las 10 de la noche. Ella nos esperaba en la entrada. La saludamos y abrazamos. Nos preguntó “¿Y sus disfraces o traen su credencial de bizbirije?”.Contestamos que lo traíamos guardado. Nos invitó a  pasar. Bajamos una escalera que parecía no terminar. Nos llevó a la sala donde estaban nuestros amigos e invitados de los festejados que no conocíamos. Óscar dijo “qué chido que vinieron”, sonreímos. Luis lo abrazó y yo le seguí. Decidimos ir a ponernos el disfraz. Él fue al baño que estaba arriba, y yo, al que estaba cerca de la sala. Mi disfraz era de Alicia en el país de las maravillas, y el de Luis, de Pirata.


Entramos a la cocina para comer del festín que nos preparó Eva. Al terminar salimos al patio donde estaban bailando, platicando y bebiendo. Alrededor de las dos de la mañana, yo había tomado alcohol y estaba más feliz de lo normal. Reía mucho. Entré a la sala y me senté. A mi lado estaba un chavo disfrazado de chaka. Al principio me daba miedo porque yo ignoraba que era un disfraz.Me enteré porque me lo dijo mi amiga Eva. Después de un rato me preguntó mi nombre y le dije ”me llamó Ana”. Después de lo dicho se quedó callado. Pasando unos minutos me habló nuevamente y dijo ”¿No quieres una perla?.Es solo para entrar más rápido en ambiente”. Sin decirle nada, me la pusó sobre la palma de mi mano. La guardé y salí de nuevo al patio donde todos se disponían a romper una piñata, la cual fue arrojando su contenido después de varios golpes. Caían dulces típicos, cajetillas de cigarros, tangas, condones y muestras de lubricante.


Con todo lo que pasaba a mi alrededor había pérdido de vista a mi novio. Mientras lo buscaba pasé por la mesa de las bebidas y tomé de ahí una piña colada. Metí mi mano en mi bolso y sentí la perla. Decidí comerla. Tenía un sabor desagradable así qué bebí piña colada. Llegó Luis con Brenda y traían unas bolsas de botanas. Me dijerón que salierón repentinamente y no hubo tiempo de avisarme. Ella se disfrazó de duende pero todos creímos que se había disfrazado de chocorol. A la hora de premiar ella ganó lo prometido y algunas cosas más, porque había provocado tanta gracia a los presentes  que deseaban compensar su creatividad.

martes, 6 de noviembre de 2012

Entrada 4. A un lado los problemas




Reflexionando mi situación y después de mucho rato de estar pensando cómo olvidarme de mis problemas, decidí  dejar a un  todo. Saqué de mi bolsillo mi celular y entré a mi cuenta en facebook. Encontré en eventos de la semana “Eva & óscar fest”. Qué tonta, ¿cómo pude olvidar que hoy era la fiesta de mis amigos? Leí las condiciones las  cuáles eran: ir disfrazado o llevar tu credencial de” reportero de bizbirije”. ¡Qué ocurrente es Eva! Pensé con una sonrisa en mi rostro. ¡Oh que divertido, habría premio para el mejor disfraz, una botella de “Torres 10”!

Salí de mi cuenta y me dirigí a la cocina dónde se encontraba mi mamá. Pregunté con inseguridad:

—¿Me dejarías ir a una fiesta de disfraces al rato?

—¿En dónde va a ser? Dijo molesta.

—En Brizas, cerca de la FES Acatlan

—No lo sé. Más tarde te digo porque lo pensaré.

—No seas mala. Comenzará a las 20:30 horas. Nos dio la opción de  quedarnos a dormir si nos queda lejos nuestra casa, además de que no es  seguro regresar a la casa tarde.Estará en la fiesta su papá.

No mentía. El año pasado así fue también. A pesar de que todos estamos en un rango de edad de 20 a 26 años, él nos vigilaba. Y así seria de nuevo. Por ratos bajaba de su cuarto a darse un  rol por la casa para supervisar que hacíamos. Nos miraba con ojos de “nadámas que rompan o hagan destrozos en mi casa y me pagan todos los desperfectos”. Al verlo  caminar a todos nos intimidaba y murmuraban por todos lados”¿es su papá de Eva?”todos muy sorprendidos.

Me retiré a mi cuarto a esperar la decisión de mi madre. Pensé que me dejaría  ir, así que me dispuse a buscar mi disfraz. Lo guarde en mi bolsa, como también mi maquillaje y unos zapatos. Subió a mi cuarto mi mamá y con una cara medio enojada dijo:”Sí puedes ir. Con la condición de que llegues temprano,  mañana domingo. Nada de que se te ocurra venirte tarde.
Muy emocionada  le dije:

—Está bien. Anotaré el número telefónico de la casa de  Eva por si quieres llamar— escribí en una hoja y se la entregué.

Al poco rato sonó mi celular y era Luis, preguntando si iba a poder  ir. Le confirmé y quedamos de vernos a las 19:30 horas. Salí muy emocionada de mi casa, ya que había logrado que mi mamá me diera permiso, porque mi papá no estaba para decirle a él también. Cuando saludé a Luis me di cuenta que no traía disfraz así que le pregunte ¿dónde está tu disfraz? Contestó que lo traía en su mochila y muy conforme le dije “Si no falta nada, entonces vamonos”. Nos dirigimos a la casa de Eva.