domingo, 21 de octubre de 2012

Entrada 2.Un cielo despejado


El amor es una sensación, un sentimiento que todos describimos diferente. Muchas personas suelen decir “me enamoré a primera vista”. Es erróneo pensar que sientes amor por alguién que ni conoces. Tal vez te parece que es realmente atractivo quién dices que te enamoró con sólo verlo, pero ¿en verdad será  amor?



Hace cinco años conocí a la persona que desató en mí ese sentimiento tan indescriptible. Mi  amistad con él era muy amena, nos encantaba pasar muchas horas juntos. Sin darme cuenta, cuando no nos veíamos, lo extrañaba mucho. Salíamos de paseo siempre que teníamos oportunidad. Nos tomábamos de la mano para cruzar las calles, para que me ayudara a bajar del transporte o incluso de escaleras. Simplemente existía cualquier pretexto para hacerlo. Cuando lo sentía tan cerca de mí, el corazón se aceleraba, estaba muy feliz  y sonreía más de lo normal. El tiempo se pasaba muy rápido.



 En nuestra primera cita fuimos a Bellas Artes. Nos sentamos en las jardineras que están frente al palacio. Se nos acercó un muchacho con rastas y nos ofreció inciensos. Le compramos una cajita: no hace mucho, por cierto, la encontré y el olor permanecía intacto, como la primera vez que la abrí junto a Luis. Después fuimos a la Torre Latinoamericana. Era la primera vez que ambos subíamos a observar por el mirador.


 Ese día fuimos a comer a “Viva la pizza” todo iba perfecto hasta que se me derramó mi vaso de refresco y le mojé un poco su pantalón. Me dijo que no me preocupara, que no pasaba nada, y le  ayudé a secarse con servilletas. De algo estaba segura, que este paseo no era como los demás, ya que nos empezamos a tratar muy diferente. No solo como amigos.

 En diciembre 2008 empezamos a ser novios. Como siempre, salimos sin saber adónde iríamos. Después de ponernos de acuerdo decidimos ir al parque de Chapultepec. Caminamos casi  todos sus rincones. Estaba muy cansada, así que nos sentamos  a comer un refrigerio en el pasto, bajo una sombra tenue de un árbol  pequeño. Nos recostamos a mirar el cielo despejado. Nos abrazamos, y en ese escenario nos dimos nuestro primer beso. No fue cualquier beso. Será inolvidable. En esos momentos dejó de pasar todo a mí alrededor, el tiempo se detuvo como en una cápsula. Sentía como si flotara. Soy tan feliz con mi amor.

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