Después de un largo camino
llegamos a la casa de Eva a las 10 de la noche. Ella nos esperaba en la
entrada. La saludamos y abrazamos. Nos preguntó “¿Y sus disfraces o traen su
credencial de bizbirije?”.Contestamos que lo traíamos
guardado. Nos invitó a pasar. Bajamos una escalera que parecía no
terminar. Nos llevó a la sala donde estaban nuestros amigos e invitados de los
festejados que no conocíamos. Óscar dijo “qué chido que vinieron”, sonreímos.
Luis lo abrazó y yo le seguí. Decidimos ir a ponernos el disfraz. Él fue al
baño que estaba arriba, y yo, al que estaba cerca de la sala. Mi disfraz era de Alicia en el país de las
maravillas, y el de Luis, de Pirata.
Entramos a la cocina para comer
del festín que nos preparó Eva. Al terminar salimos al patio donde estaban
bailando, platicando y bebiendo. Alrededor de las dos de la mañana, yo había
tomado alcohol y estaba más feliz de lo normal. Reía mucho. Entré a la sala y me
senté. A mi lado estaba un chavo disfrazado de chaka. Al principio me daba miedo porque yo ignoraba que
era un disfraz.Me enteré porque me lo dijo mi amiga Eva. Después de un rato me
preguntó mi nombre y le dije ”me llamó Ana”. Después de lo dicho se quedó callado. Pasando unos minutos me habló nuevamente y dijo ”¿No quieres una
perla?.Es solo para entrar más rápido en ambiente”. Sin decirle nada, me la
pusó sobre la palma de mi mano. La guardé y salí de nuevo al patio donde todos
se disponían a romper una piñata, la cual fue arrojando su contenido después de
varios golpes. Caían dulces típicos, cajetillas de cigarros, tangas, condones y
muestras de lubricante.
Con todo lo que pasaba a mi
alrededor había pérdido de vista a mi novio. Mientras lo buscaba pasé por la
mesa de las bebidas y tomé de ahí una piña colada. Metí mi mano en mi bolso y
sentí la perla. Decidí comerla. Tenía un sabor desagradable así qué bebí
piña colada. Llegó Luis con Brenda y traían unas bolsas de botanas. Me dijerón
que salierón repentinamente y no hubo tiempo de avisarme. Ella se disfrazó de
duende pero todos creímos que se había disfrazado de chocorol. A la hora de premiar ella ganó lo prometido
y algunas cosas más, porque había provocado tanta gracia a los presentes que deseaban compensar su creatividad.
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